martes, 1 de noviembre de 2011

EN BUSCA DEL ARCA DE NOÉ

¿Suponéis seriamente que somos incapaces de demostrar nuestras afirmaciones, si hasta hoy en día se muestran los trozos del Arca de Noé en el país de los kurdos?
                                 (Epifanio, obispo de Salamina. Siglo IV)

INTRODUCCIÓN

Con esta artículo pretendo poner un sello oficial de veracidad a la zaga de sugerentes publicaciones acerca del mundo antediluviano y su sorprendente civilización de alcance mundial. Su revelador contenido nos permitirá acceder a una evidencia concreta que no ha sido debidamente ponderada por la sociedad actual. Evidencia que, con su muda e impactante presencia, nos une en un origen, un propósito y un destino común con nuestros olvidados antepasados prehistóricos.

Se trata del ARCA DE NOÉ, gigantesca nave de madera que según la Biblia, ante el cataclismo mundial provocado por el Diluvio, habría permitido la supervivencia  de determinadas especies animales y de una familia humana escogida por su fidelidad al Creador… y por pertenecer al linaje de Set, tercer hijo de Adán, cuya descendencia la conecta directamente con el Mesías de los Evangelios.

El Arca constituye, a mi juicio, el principal eslabón arqueológico para conectarnos directamente con el Mundo Antiguo, altamente desarrollado, que hemos descrito profusamente en las entradas anteriores.

Por ello, al lograr establecer la corroboración contundente, definitiva y oficial de una prueba arqueológica tal, estaríamos ante el más importante y trascendental descubrimiento de la Historia Oficial, superando con mucho al de la ciudad de Troya que Heinrich Schliemann desenterró en 1871 siguiendo los textos al pie de la letra, demostrando de paso, una vez más, que los mitos tienen un valor histórico y que no deben ser tomados como meras fantasías.

“Esta persistente leyenda de una continuidad de civilización a pesar de la catástrofe, ciertamente, sería más creíble si hubiera alguna prueba tangible y definida de tal transmisión, y también, aparte de la leyenda, si pudiera hallarse alguna prueba de una escapatoria humana organizada, huyendo de un desastre mundial.” (Berlitz)

El descubrimiento del Arca de Noé constituiría, por lo tanto, la prueba definitiva e indesmentible tanto de la veracidad de los relatos bíblicos acerca del Diluvio, como de la existencia de una alta civilización en la más remota Antigüedad. Su reconocimiento oficial, libre ya de los infaltables prejuicios y descontextualizados argumentos esgrimidos por religiosos fundamentalistas y por escépticos acérrimos, nos permitiría dar un paso gigantesco en pos de ordenar por fin nuestra tergiversada Historia Universal y contribuir con ello a darle real sentido a nuestra existencia.

Incluso, se podría cambiar el enfoque esgrimido hasta ahora por los arqueólogos, quienes para hablar del Arca como una evidencia cierta consideraban necesario dar por sentada la veracidad del relato acerca del Diluvio Universal mediante pruebas geológicas concretas.

Si se demuestra que tal Arca existe entonces, por sí sola, ella avalaría la veracidad de la Catástrofe, apoyando las evidencias que existen por todos lados en forma de estratos geológicos reveladores o de gigantescas acumulaciones de restos de animales que sufrieron una muerte instantánea por congelamiento o inmersión, presentes en todas partes del globo.

Tales pruebas ya no serían interpretadas por la Ciencia oficial como relatos míticos derivados de inundaciones locales en la región mesopotámica entre el Eufrates y el Tigris, o bien del desastre provocado en la Antigüedad por el desbordamiento del Mediterráneo sobre el Mar Negro, o por la repentina subida del nivel de los mares al fin de la última Glaciación.

Para el propósito de este artículo, entonces, que nos entregará las evidencias y el enfoque correcto sobre la Catástrofe y su significado para nuestro mundo actual, solicitamos a los lectores tener en mente lo argumentado hasta ahora sobre el Diluvio en las entradas anteriores, para que nos sirva de marco inicial que permita dar énfasis a la exposición sobre su ícono principal, el Arca.

ANTECEDENTES

“Y Yavé cerró la puerta del Arca detrás de Noé. El diluvio cayó por espacio de cuarenta días sobre la tierra. Crecieron, pues, las aguas y elevaron el Arca muy alto sobre la tierra. ... Subió el nivel de las aguas... y quedaron cubiertos los montes más altos que hay debajo de los cielos. Murió todo ser mortal que se mueve sobre la tierra; aves, bestias, animales. Y toda la Humanidad. Sólo sobrevivieron Noé y los que estaban con él en el Arca. Las aguas inundaron la tierra por espacio de ciento cincuenta días.” (Génesis, 7:17)

El rescate del Diluvio Universal, que la mayoría conocemos por la Biblia, ha sido narrado también por diferentes culturas: trece provienen del Asia, nueve de Oceanía, catorce de Sudamérica, siete de América Central y catorce de Norteamérica. Por eso mismo, incluso el nombre de Noé es posible rastrearlo en diferentes zonas geográficas del planeta, tal como el hawiano Nu-u, el chino Nu Wah, el amazónico Noa, etc.

Los más cercanos al relato bíblico son los sumerios y los babilónicos, siendo el más famoso el de la Epopeya de Gilgamés de los primeros. Ambos relatos, el bíblico y el sumerio, coinciden sorprendentemente. Debido a ello, muchos investigadores consideran que el relato de la Biblia es un mito tomado de las culturas circundantes y adaptado a los propósitos religiosos del pueblo hebreo. 

En el libro "Fenómalos - La Quinta Esencia", sin embargo, planteamos lo contrario: El suceso del Diluvio y el rescate de Noé, su familia y las especies animales, fue un hecho real y dramático, de alcance mundial, cuyos detalles se fueron perdiendo en el tiempo posterior a la Catástrofe debido a la transmisión oral a través de las sucesivas generaciones de supervivientes que se repartieron a lo largo y ancho del nuevo mundo, hasta la reinvención de la escritura (en tablillas con caracteres cuneiformes u otros sistemas) cuando quedó finalmente registrado, ya tergiversado,… y con características de mito.

Debido a ello, y a fin de sentar una base histórico-religiosa fidedigna sobre la cual revelar al mundo la condición del Hombre a través del naciente pueblo de Israel, postulamos que tal relato pudo haber sido transmitido de manera correcta a Moisés, en el monte Sinaí, por quienes habrían intervenido directamente en la ocurrencia de tal magno suceso: las fuerzas extraterrestres leales al Creador.

Si lo planteado es cierto, la prueba de ello sería precisamente el Arca que describe la Biblia, la que de ser encontrada debiera coincidir exactamente con las dimensiones, materialidad, disposición estructural y demás elementos descritos en el Génesis, además de revelar en su diseño y construcción conocimientos tecnológicos impensables para aquella época desde el punto de vista de la Historia Oficial.

Los invito a acomodarse en sus asientos y a ajustarse bien los cinturones, pues comprobarán que en esta apasionante aventura... hasta Indiana Jones se habría quedado corto.

Testimonios en las Escrituras Judeo-Cristianas:

El testimonio que registraron bajo inspiración los escritores de la Biblia complementa las tradiciones paganas de pueblos primitivos, reforzando la posible historicidad del Diluvio.

Aunque aparte del relato del Génesis la palabra hebrea mab-búl (diluvio) sólo se mencione en el cántico de David que dice que Jehová está sentado “sobre el diluvio” (Salmo 29:10.), otros escritores bíblicos, sin embargo, hacen referencia al relato del Génesis y lo confirman como un suceso real, como por ejemplo Isaías (Isaías 54:9). Además, el profeta Ezequiel respalda la historicidad de Noé (Ezequiel 14:14, 18, 20.). En sus cartas, el apóstol Pedro hace muchas referencias al relato del Diluvio (1Pedro 3:20; 2Pedro 2:5; 3:5, 6.). El apóstol Pablo, por su parte, testifica de la gran fe que mostró Noé al construir el arca para la supervivencia de su familia (Hebreos 11:7), y Lucas incluye a Noé en el linaje de los antepasados del Mesías (Lucas 3:36).

Pero lo más significativo para el mundo cristiano son las palabras del propio Jesucristo refiriéndose a los días del Diluvio como un hecho cierto: “Porque así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. Porque como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres siendo dadas en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca; y no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre.” (Mateo 24:3, 37-39; Lucas 17:26, 27)

Por consiguiente, la Biblia proporciona numerosos testimonios posteriores al Génesis que apoyan la autenticidad del relato del Diluvio, complementando las tradiciones del folclor de pueblos primitivos y los hallazgos geológicos y arqueológicos a lo largo de la Historia.

Factibilidad técnica del diseño del Arca:

Para determinar si el Arca de Noé es una realidad o meramente una parte fantástica de un mito antiguo, partamos por examinar su viabilidad técnica. Para ello analizaremos la descripción bíblica acerca de ella que se encuentra en el libro del Génesis:

"Y Dios dijo a Noé...Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura. Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero." (Génesis 6:14-16)

¿Es realmente factible el diseño y el tamaño del barco? La ciencia de la arquitectura naval revela que la proporción más estable para un barco oceánico es 1:6. Todos los navíos oceánicos hoy día utilizan esta misma proporción de longitud y anchura. Basados en las medidas dadas en el relato del Génesis, la proporción aritmética de longitud y anchura del Arca era precisamente de 1:6 (50 codos: 300 codos).

Estas dimensiones son especialmente interesantes cuando se comparan con los datos entregados por el mito babilónico del Arca. En él se la describe como un cubo perfecto, extendiéndose 54 metros en todas las direcciones y con nueve pisos. Semejante barco daría vueltas lentamente alrededor en el agua y del punto de vista de estabilidad, sería un desastre.

Si además de la proporción utilizada en su diseño el Arca estuvo equipada con anclas de arrastre de piedra, pudo fácilmente haber sobrevivido aún a las más grandes olas del océano,… siendo imposible que se volcara y hundiera.  
Por otro lado, el Arca de Noé sólo fue construida para flotar, no para navegar hacia ningún lado. Ello aumentaba su capacidad de carga grandemente y evitaba el problema de la torsión y encorvamiento de las naves modernas de este tamaño, que requiriesen mástiles gigantes y velas para que el viento las impulse. El Arca de Noé no necesitaba ninguno de estos instrumentos para ser impulsada. ¡Sólo tenía que flotar!

Por lo tanto, del relato bíblico se desprende que el Arca de Noé habría estado perfectamente diseñada, en cuanto a estabilidad y condiciones de navegación, para soportar las tremendas tormentas y maremotos ocurridos durante el Diluvio.

Estudios de cabida:

¿Había suficiente espacio en el Arca de Noé para acomodar a Noé y a su familia (ocho en total), al menos dos de cada especie animal, y siete de algunas? ¿Y qué de las provisiones esenciales? De acuerdo al relato bíblico el Diluvio duró un año entero, así que, aparte de las personas y de todos los animales, tenía que haber al menos espacio suficiente para almacenar la necesaria cantidad de alimentos para sostener a la familia de Noé y a todos los animales por más de doce meses. ¿Cuán grande era el barco exactamente?

Analicemos las dimensiones que se desprenden del relato bíblico: 300 codos de largo x 50 codos de ancho x 30 codos de alto. Vemos que ellas están dadas en codos, una medida muy utilizada en la antigüedad, como se observa en el Cuadro siguiente:


Moisés, escritor  del Génesis, recibió una educación egipcia. El utiliza por lo tanto el Codo Real Egipcio para referirse a las dimensiones del Arca de Noé. Por lo tanto:

  • Dimensión del Arca: 300 codos x 50 codos x 30 codos. Si el codo usado es de 52,32 centímetros, en conversión tenemos las siguientes dimensiones: 157 metros de largo x 26 metros de ancho x 16 metros de alto.
  • Area de los pisos del Arca: 157 metros x 26 metros x 3 pisos = 12.246 metros cuadrados.
  • Volumen del Arca: 157 metros x 26 metros x 16 metros = 65.312 metros cúbicos. Descontándole una cuarta parte producto de la forma real del arca, este volumen se puede determinar finalmente en 49.000 metros cúbicos.


     NOTA: Proporciones numéricas implícitas: 1) Relación ancho : largo = 26 : 157 = 1:6 (proporción óptima de estabilidad utilizada por la moderna ingeniería naval). 2) Relación alto : ancho = 16 : 26 = 0.61 (responde a la sección áurea o Phi, conocida a lo largo de la historia como proporción divina).


    Comparando las magnitudes anteriores con datos conocidos, tenemos: La longitud del Arca es la de un campo y medio de fútbol. El espacio de suelo disponible total en el Arca habría sido más de 12.000 metros cuadrados, que serían más espacio de suelo disponible que en 20 canchas de básquetbol de tamaño normal. El volumen total habría sido más de 49.000 metros cúbicos, aproximadamente la capacidad de 816 vagones de carga de automóviles de un ferrocarril moderno, cuyo largo alcanzaría los 8 kilómetros.

    ¿Cómo pudieron Noé y sus hijos construir tal embarcación?

    Es obvio que cuando la Biblia dice "hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová"  no significa necesariamente que una obra de esa envergadura haya sido realizada sólo por Noé y sus hijos. Como bien acota Navarra (Fernand Navarra, Yo he tocado el Arca de Noé. 1978, Editorial CLIE, España), el relato de la construcción del barco puede entenderse al nivel del relato de la construcción del Templo de Jerusalén por parte de Salomón, al igual que la construcción del Castillo de Versalles por el rey Luis XIV o el Arco de Triunfo por Napoleón. Necesariamente debieron emplear a muchas otras personas así como recursos tecnológicos propios de la época, lo que es perfectamente posible en el caso del Arca pues como ya hemos visto extensamente en artículos anteriores, la civilización prediluviana estaba lejos de vivir en la ignorancia de una oficialmente supuesta Edad de Piedra.

    ¿Cuántos animales terrestres que respiran aire habrían tenido que ser llevados a bordo en el Arca para sobrevivir al Diluvio? Recordemos que, según la Biblia, iban a bordo del arca solamente animales que respiraban y que vivían sobre la faz de la tierra (Génesis 7:22).

    Aunque hay quienes, en el terreno de la ciencia ficción, piensan que el Arca pudo haber guardado los embriones o los genes de cada animal, es bueno que tengan presente que después de una catástrofe como el Diluvio difícilmente pudieron haber quedado en pie las plataformas tecnológico-energéticas y las condiciones físico-climáticas necesarias para revivirlos con seguridad, por lo que primero debemos agotar la instancia más obvia al respecto, que es la que menciona la Biblia: animales vivos fueron conducidos al Arca.

    Para poder determinar si la nave era suficientemente grande para salvar a la población humana y animal de un cataclismo climático mundial, debemos determinar primero cuántos animales cabían en la nave. Así que, ¿cuántos animales necesitaban ser rescatados? De acuerdo a la mayoría de los expertos, el relato de Génesis excluye la embarcación de criaturas marinas e insectos en el arca. Esto parece razonable, ya que remanentes de cada una de estas criaturas pudieron perfectamente sobrevivir el cataclismo fuera del Arca. Esto deja sólo a los mamíferos, aves, reptiles, anfibios, y la familia de Noé.

    Seguidamente, debemos considerar que Dios instruyó a Noé a meter animales en el arca “según su especie”. Esto significa que debemos tener en cuenta el concepto científico de las variaciones dentro de una especie. Por ejemplo, la mayoría de los biólogos concuerdan que los lobos, dingos, jacales, zorros, y los cientos de razas diferentes de perros domesticados pudieron venir de un par de “perros” originales. Aunque el código genético no permite variaciones de una especie a otra especie, hoy en día entendemos cómo el ADN permite variaciones dentro de una misma especie. Tomando en consideración estas variaciones, hay aproximadamente de 16.000 a 25.000 especies distintas de mamíferos, aves, reptiles y anfibios que viven en la actualidad o que sabemos que vivieron en el pasado.

    Ahora imaginemos el Arca como una barcaza de tres niveles del tamaño de un campo y medio de fútbol, con la superficie y el volumen que ya determinamos. De acuerdo a numerosos estudios de factibilidad (ver bibliografía al final), esto era más que suficiente para albergar a representantes de las 16.000 a 25.000 distintas especies de animales terrestres de todos los tamaños, con todo el alimento para un año. De hecho, asumiendo que el tamaño promedio de cada animal fuera el de una oveja, esta barcaza podría realmente albergar hasta 125.000 criaturas separadas.

    Según Ernest Mayr, uno de los taxonomistas más prominentes de Norteamérica, hay más de un millón de especies de animales en el mundo. Sin embargo, la inmensa mayoría de éstos es capaz de sobrevivir en el agua y no necesitarían ser traídos a bordo en el Arca.

    Noé no hubiera necesitado ninguna provisión para las 21.000 especies de peces o para las 1.700 especies de cordados marinos como las ascidias que se encuentran a lo largo de los mares del mundo, o para las 600 especies de equinodermos incluyendo las estrellas de mar y erizos de mar, o para las 107.000 especies de moluscos como los mejillones, las almejas y ostras, o para las 10.000 especies de colenterados como los corales y anémonas de mar, medusas y los hidroides,  o para las 5.000 especies de esponjas, o las 30.000 especies de protozoos, las microscópicas criaturas de células simples.

    Además, algunos de los mamíferos son acuáticos. Por ejemplo, las ballenas, focas y marsopas. No todos los anfibios necesitan haber sido incluidos, ni todos los reptiles, como tortugas de mar y cocodrilos. Es más, un número grande de artrópodos, que totalizan 838.000 especies, como langostas, camarones, cangrejos y pulgas de agua y percebes son criaturas marinas. Y las especies de insectos entre los artrópodos normalmente son muy pequeños. También, muchas de las 35.000 especies de gusanos así como muchos de los insectos podrían haber sobrevivido fuera del Arca.

    Los doctores Morris y Whitcomb en su libro clásico, El Diluvio del Génesis,  explican que no más de 35.000 animales individuales necesitaron estar en el Arca. En su bien documentado libro, El Arca de Noé: Un Estudio de Viabilidad, John Woodmorappe sugiere que se hubieran transportado menos animales en el Arca, señalando que la palabra “especie” no es equivalente a "tipos creados" en la historia del Génesis. Woodmorappe demuestra creíblemente que menos de 2.000 animales se pueden haber requerido en el Arca, no obstante mostrar en su estudio, para el margen de error,  que el arca hubiera podido acomodar fácilmente 16.000 animales.

    Pero seamos generosos y añadamos un número razonable para satisfacer incluso al más escéptico. Asumamos que alrededor de 50.000 animales, mucho más de los animales requeridos, estaban a bordo del arca, y que éstos no necesitaban ser los especímenes más grandes ó inclusive los más adultos. Recordemos que hay solamente unos pocos animales muy grandes, como el elefante, y que éstos podrían ser representados por animales jóvenes.

    Al parecer, aquellos grandes animales antediluvianos como el mamut (paquidermo de 4 a 5 metros de altura), el oso de norteamérica (de 4 metros de alto), el tigre “dientes de sable” (del doble del tamaño de un tigre de bengala) y otros similares de gran envergadura y ferocidad, no fueron incluidos en el Arca por la dificultad de mantenerlos encerrados y porque la especie a la cual pertenecían se podía representar por animales más manejables. No volvieron a aparecer posteriormente como variaciones de sus respectivas especies, porque las condiciones del planeta después de la Catástrofe los harían inviables al disminuir, con las ahora marcadas estaciones climáticas (producto de la inclinación del eje de rotación del planeta en 23° respecto del plano de traslación alrededor del Sol, denominado "oblicuidad de la eclíptica", y de la ausencia de la capa de nubes que originalmente lo cubría, perdiéndose el "efecto de invernadero" que hacía benéfico el clima), la vitalidad de la descendencia de las especies supervivientes, incluyendo la raza humana, las que se volverían cada vez menos longevas y más pequeñas de estatura.

    Asumiendo que el animal promedio es de la medida de una oveja, y utilizando un vagón de ferrocarril para propósitos de comparación, notemos que el tamaño promedio de un coche de ferrocarril de doble compartimiento puede acomodar 240 ovejas. Así, tres trenes que arrastran 69 vagones cada uno, totalizando 207 vagones, tendrían amplio espacio para llevar los 50.000 animales. Si, como vimos, en el Arca caben 816 vagones de ferrocarril, los 207 ocupados con los animales llenarían sólo el 25% del Arca. Esto dejaría adicionalmente 609 coches disponibles, o el 75% de su capacidad, lo suficiente para hacer que nueve trenes de 69 vagones cada uno pueda llevar toda la comida y equipaje más la familia de Noé de ocho personas.

    Como lo revelan estos sencillos cálculos, el Arca tenía el espacio suficiente para el rescate y para la mantención de las especies animales y de los seres humanos mencionados en el Génesis.


    Recolección de las especies animales:

    Otro problema enorme que algunos han propuesto es el de la recolección de los especímenes de cada tipo de animal que respira en la tierra, y el traerlos a bordo del Arca, aunque el relato del Génesis indique expresamente que fue Dios quien agrupó a los animales y se los trajo a Noé de dos en dos a bordo del Arca.

    Descartando alguna intervención sobrenatural directa, y comprendiendo que el Creador podría haber utilizado convenientemente sus propias leyes naturales para ello, algunos han sugerido que este acto puede haber involucrado los instintos migratorios de los animales ó, por lo menos, una intensificación de ellos. Todos sabemos que la mayoría de los animales posee la habilidad para darse cuenta del peligro y por ello moverse instintivamente a un lugar más seguro.

    Una vez a bordo, muchos han sugerido que los problemas de Noé realmente empezaron, con sólo ocho personas para dar agua y alimentos, y para mantener aire fresco e higienización para el gran lugar conteniendo los animales, por un total de 371 días. Sin embargo, algunos científicos han sugerido que los animales puedan haber entrado en un tipo de inactividad. Se ha dicho que en casi todos los grupos de animales hay una indicación de una habilidad latente de hibernar ó por lo menos de entrar en un estado de letargo. Quizás, dada la grandiosidad del Cataclismo, estas habilidades se intensificaron en los asustados animales. Con sus funciones corporales reducidas a un mínimo, la responsabilidad de su cuidado se habría reducido grandemente.

    Requerimientos de comida:

    El Arca probablemente habría llevado víveres comprimidos y secos, y probablemente mucha comida concentrada. Algo totalmente factible para esa época. Quizá Noé alimentó el ganado principalmente con grano, más algo de heno para la fibra. Woodmorappe calculó que el volumen de víveres habría sido sólo un 15% del volumen total del Arca. El agua potable solo se habría tomado el 9.4% del volumen. Este volumen se reduciría mucho si el agua de la lluvia era recolectada y vertida en canales dentro de la misma Arca.

    El manejo de los excrementos:

    Aunque es posible que Noé y su familia se dieran el titánico trabajo de limpiar periódicamente las jaulas, es probable que ellas tuvieran pisos con rampas o jaulas con pizarras, donde el estiércol podía caer lejos de los animales y ser vaciado (había bastante agua alrededor) o destruido por vermidescomposición (descomposición por gusanos) lo que también proveería lombrices de tierra como fuente de comida. Una cama muy profunda a veces puede durar por un año sin necesidad de un cambio. El material absorbente (p.ej. aserrín, fibra larga, virutilla de madera y especialmente musgo de la turba) reduciría el contenido húmedo y por lo tanto el hedor.

    LA PRUEBA ARQUEOLÓGICA. Evidencias y descubrimientos:

    ¿Dónde comenzar la búsqueda del arca?

    Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat. Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el décimo, al primero del mes, se descubrieron las cimas de los montes. (Génesis 8:4-5)

    Evidentemente, la prueba arqueológica definitiva de la realidad del Diluvio y del rescate de Noé, su familia y los animales, es decir el Arca, debería estar en algún lugar de los montes de Ararat ubicados en Anatolia, la actual Turquía oriental, donde la Biblia menciona que, terminado el Diluvio y cuando finalmente descendió el nivel de las aguas, ella se posó. De ello dieron fe en sus escritos algunos historiadores famosos de la Antigüedad:

    • Beroso, historiador nacido en Babilonia, escribió el 275 aC: "... basada en Armenia, una parte aún permanece en las montañas de la Gordyaeansen, y algunos sacan trozos de la nave mediante raspado para utilizarlos como amuletos." (Babyloniaca)
    • El historiador y filósofo griego Nicolás de Damasco, mencionó también el Arca y el Diluvio en el año 30 aC: "Sobre el país de los Menos de Armenia en un gran monte llamado Baris, donde, según cuenta la historia, muchos refugiados encontraron seguridad durante el Diluvio, un hombre transportado en el Arca se posó en la cima, y las reliquias de la madera se preservaron por mucho tiempo."
    • También Flavio Josefo, historiador oficial de los judíos para el Imperio Romano, registró en el Siglo I: "Los armenios llaman a ese punto el lugar de desembarco donde el Arca llegó a salvo a tierra firme, y muestran las reliquias de la misma hasta nuestros días. Este Diluvio y el Arca es mencionado por todos los que han escrito las historias de los bárbaros." (Antigüedades de los Judíos). 
    • Finalmente Eutiquio, Patriarca de Alejandría, famoso historiador y médico árabe, escribe en el siglo IX dC: "Reposó el Arca en las montañas de Ararat, es decir, Judi Jabai, cerca de Mosul." (Nazm Al-Gawahir)
    Pero, ¿en qué parte específica de los montes Ararat deberían centrarse los esfuerzos arqueológicos? ¿cuál debiera ser el lugar donde al Arca se posó para hacer factible el descenso de su tripulación? Ello, porque los Ararat son realmente una cadena montañosa en la que resaltan dos montañas hermanas, una más alta que la otra: el Gran Ararat de 5.122 metros de altura ubicado hacia el norte y el Pequeño Ararat de 1.920 metros de altura ubicado alrededor de 15 kilómetros hacia el sur del primero.



    EN EL GRAN ARARAT: Evidencias, descubrimientos y cronología.

     Las nubes se levantan del monte Ararat formando un inmenso embudo. Es hacia esa hora temprana, bajo los cielos muy claros, cuando todo visitante a lo largo de los siglos cree ver la forma de un arca en lo alto de la montaña… Ciertamente, el Ararat es uno de los montes más impresionantes y bellos del mundo; impresionante porque se eleva abrupto hasta una altura de 4.620 metros desde una meseta que está ya a 990 metros de altitud; bello porque se alza solitario, lejos de otras montañas, y cuando las nubes se retiran de su cumbre, casi siempre a primeras horas de la mañana y del crepúsculo, su gigantesca masa y cumbre nevada te inducen a alzar la cabeza en una especie de saludo involuntario ante su tamaño, su misterio y su conexión con la leyenda más famosa de la raza humana.” (Charles Berlitz, En Busca del Arca Perdida de Noé. Plaza & Janes, 1° Edición, 1988).

    A pesar de las evidentes dificultades climáticas y de acceso que presenta el Gran Ararat, la mayoría de las expediciones se centraron originalmente en ella, seguramente por la representatividad respecto de la grandiosidad del Diluvio que otorga su majestuosidad y gran altura. Al respecto, una breve cronología:
    • El primer relato de una ascensión al Monte Ararat se remonta al año 330 d.C. y pertenece a la tradición ortodoxa, que narra la experiencia del patriarca Jacobo, quien habiendo llegado a media altura recibe de un ángel los fragmentos del arca sagrada.
    • Jehan Haithon, un célebre príncipe de Armenia que llegó a ser monje francés, observó en el siglo XIII: “En el monte Ararat, en la cima, siempre es visible un gran objeto negro… que se dice que es el Arca de Noé”, aunque con su afirmación es posible que solo nos haya demostrado que, a menudo, nuestros ojos tienden a ver lo que esperamos ver… y cualquier saliente de roca o grieta del hielo podría tomar temporalmente forma de barco.
    • Los expedicionarios, sin embargo, se suceden uno tras otro: el flamenco Guillermo de Ruysbroeck en el 1254, el veneciano Marco Polo en 1273, el provenzal Pitton de Tournefort en 1701. De estos ninguno llega hasta la cima del monte ni logra encontrar restos del Arca.
    • Recién en el siglo XIX (año 1829) el naturalista alemán Friedrich Parrot logra llegar con una expedición a la cima, aunque sin resultados positivos.
    • En 1839, obreros turcos encargados de edificar barreras en la montaña afirman haber encontrado un navío muy antiguo que emergía de un glaciar, aunque sin aportar pruebas de ello.
    • En la segunda mitad del siglo XIX no menos de ocho expediciones llegan a la cima del Ararat, aunque ninguna de ellas logró un testimonio serio acerca del Arca.
    • En agosto de 1952, los alpinistas franceses Navarra y De Riquer logran ver una extraña forma aprisionada en un glaciar, sin obtener pruebas.
    • Al año siguiente Navarra vuelve al Ararat y logra filmar la forma bajo el hielo, pero debe acortar su expedición debido a las condiciones meteorológicas adversas.
    • En 1955, Navarra organiza una tercera expedición en la que logra soltar una parte de la estructura, construida en madera, obteniendo un trozo de viga, cuyos análisis demuestran que se trata de un trozo de encina desbastada de una antigüedad superior a los cinco mil años, convenciéndolo que se trata del Arca de Noé.
    • Al respecto, durante el siglo XX y a comienzos del presente milenio se estuvieron recopilando datos, fotografías e informaciones cada vez más fidedignas, provenientes tanto de los naturales de la zona como de pilotos, expedicionarios e incluso satélites (año 1976), acerca de esta extraña anomalía que superaría los 183 metros de largo observada en el mayor de los montes de Ararat, y que se encuentra aproximadamente a 4.572 metros de altura, cerca del borde de la Placa Oeste.
    • La posición, tamaño y características de la anomalía hicieron pensar seriamente a los investigadores y arqueólogos que podría tratarse de aquella mítica nave, a tal punto que se empezaron a destinar y organizar con decisión creciente recursos humanos, económicos y tecnológicos para poder averiguarlo en forma fehaciente.
    • Hasta hace pocos años los estudios se vieron entorpecidos por la incómoda ubicación del monte Ararat, que se encuentra en la frontera en que Turquía colinda con Georgia, Armenia e Irán, es decir, en medio de un verdadero polvorín político-religioso, a tal punto que los militares turcos prohibieron el acceso al monte a partir del año 1991.
    • Debido a esta restricción uno de los investigadores actuales, Porcher Taylor, experto en temas de defensa de la Universidad de Richmond (EE.UU.), quién lleva recopilando múltiples evidencias acerca del Arca desde el año 1993, impulsó un proyecto de investigación a través de un avanzado satélite de observación estadounidense, el Quickbird2, capaz de detectar y registrar objetivos de 1,5 metros. El ingenio, lanzado al espacio en Octubre de 2001, comenzó a rastrear la zona recopilando información altamente fidedigna que fue analizada por arqueólogos y geólogos, quienes no han podido sin embargo, hasta la fecha, pronunciarse positivamente acerca de la naturaleza de la anomalía.
    • En Hong Kong, donde el pasado año se inauguró la mayor réplica del Arca de Noé del mundo, se exhibe un pedazo de madera petrificada de unos 5.000 años de antigüedad, obtenida durante una expedición hongkonesa al Monte Ararat y que algunos creen que pudo haber pertenecido a la verdadera embarcación.

    Dándole un cierto grado de credibilidad a estos hallazgos, una gigantesca estructura atrapada en un glaciar del monte Ararat, aunque constituyera un enigma aún no resuelto por la Ciencia, perfectamente podría corresponder a los restos arqueológicos de alguna construcción o nave de aquella lejana época y no necesariamente una prueba fehaciente de que se trate del Arca bíblica, la de Noé.

    Demás está decir que el descubrimiento de otras naves fósiles en la zona del Ararat, lejano a más de 200 millas del mar más cercano y a la gran altura promedio que posee la cadena montañosa, en vez de desacreditar la leyenda del Diluvio Universal vendría a otorgarle mayor credibilidad, pues es evidente que ante una catástrofe tal, anunciada según la Biblia ciento veinte años antes de su ocurrencia (Génesis 6:3), debió ocasionar que, aparte de Noé, gobernantes y sacerdotes de muchos reinos o imperios de entonces tomaran providencias similares para sobrevivir, como es obvio que lo haríamos hoy ante el anuncio de un evento similar.

    NOTA: Al respecto, mencionaremos como ejemplo de la afirmación anterior el caso del Soberano Jim, que habría sido el último de su dinastía antes del Diluvio, alabado en la India y el Tibet, donde lo llamaron Jima, mencionado en el Rig Veda, el más antiguo texto sánscrito de la India, como quien “llegó a ser similar a los dioses” a causa de su gran erudición, y descrito también en la parte más arcaica del Avesta, libro sagrado de los Parsis (una fracción no musulmana de la población iraní) y en el Ta’rikh ar Rusul wa al Muluk, recopilación de escritos realizados durante cuarenta años de trabajo por el persa Abu Gia far Muhamad ibn Giarir at Kabari (838-923 d.C.).
      Jim fue “advertido por los astrónomos, de que el tiempo del Diluvio se acercaba. Por lo tanto, era necesario encontrar un sitio donde pudieran asentarse la corte, los comandos civiles y militares, los dignatarios con sus familias, los estudiosos y la población que estuviera dispuesta a abandonar sus casas, tierra, actividades y bienes. También debían ser trasladados a un lugar más seguro los depósitos de armas, los hangares de los aviones, las industrias, las materias primas y los alimentos. La situación de emergencia fue descripta en un lenguaje ’sagrado’, en la parte más antigua de la ‘Biblia’ de los Persas [Gadas, Jasna 9.3-5.3].
      El Creador convocó entonces a Jim ante sí y le dijo: ‘Bello Jim, sobre el avieso mundo serán disueltas las nieves de muchos inviernos, que antes caerán abundantes desde las montañas más altas hasta los bajos del río Adrevi (…) El agua se precipitará con inmensas olas hasta cubrir las zonas donde hoy ves las huellas dejadas por el pastoreo de las ovejas, (…) Construye, por lo tanto, a Var. (…) Se salvarán sólo aquellos acogidos en Var, porque el resto del mundo se convertirá en improductivo. De ellos nacerán las nuevas razas de hombres, animales y plantas’ (…) Jim abandonó las tierras bajas de Irán y se encaminó hacia los altos montes, donde edificó una ciudad subterránea (similar a otras construidas en diversas partes del mundo). En las profundas vísceras de la tierra hizo aprontar ambientes destinados a los estudiosos, con bibliotecas, laboratorios, depósitos del material de más valor y las máquinas voladoras.(…)” (citado por Jadwiga Pasenkiewicz en su libro “Los Soberanos de los Mundos Perdidos”, capítulo XIV “Los Primeros Aviones Levantan Vuelo”, pág.252-257).

    Finalmente, en 2010 se tuvo noticias de una expedición chino-turca, organizada por un equipo perteneciente a una organización internacional de carácter religioso dedicada a la búsqueda de la mítica embarcación que se hace llamar “Ministerios Internacionales del Arca de Noé”, que dijo haber descubierto el Arca de Noé en la cima del Ararat Mayor. La noticia fue profusamente difundida por los medios de comunicación con filmaciones parciales y poco claras. El grupo de expertos, de nacionalidad china y turca, habría localizado bajo la nieve una estructura de madera antigua en el monte Ararat que, afirman, fue construida 2.800 años antes de Cristo, la época en que se presume que el Arca habría navegado. Sin aportar pruebas concluyentes y fidedignas uno de los miembros del grupo, Yang Ving Cing, declaró a la agencia turca Anadolu: "No es cien por cien seguro que sea el Arca, pero sí pensamos que lo es al 99,9%". Aunque se sospecha pueda tratarse de un fraude arqueológico con fines religioso-turísticos, y mientras no hayan pruebas concretas que puedan darle credibilidad, dejo para vuestro análisis un enlace al blog CC.OO. ChileComparte.cl donde encontrarán toda la información disponible sobre el aparente descubrimiento.

    El Ararat Mayor no ha arrojado resultados comprobables. Pero ¿se ha estado buscando correctamente? Si el Diluvio fuera un hecho histórico comprobable y por lo tanto factible el que un navío terminara posado a esas alturas, ¿necesariamente dichos restos debieran corresponder al Arca de Noé y no a alguna otra embarcación de aquella época que pudiera haber sufrido los embates del mismo fenómeno? Ello, porque también se descubrieron a 50 kilómetros al sur del Ararat, los restos de una enorme balsa de cañas con forma de bote de grandes dimensiones, idéntica a la que hace siglos se construían en Sumer, y cuya estructura evidencia, no obstante, el desarrollo de una alta tecnología en el pasado.

    EN EL ARARAT MENOR: Una alternativa plausible.

    A falta de evidencias contundentes en el Gran Ararat, finalmente los investigadores comenzaron a preguntarse si sus restos no estarían acaso emplazados en la montaña menor, o en la cuenca formada por ambas montañas. Después de todo la Biblia señalaba que el arca "se posó en los montes de Ararat", es decir, en la región montañosa del Ararat y no en un monte específico.

    Argumentos no faltan, y con bastante mayor fundamento, como veremos.

    En los últimos meses de la dinastía Romanov en Rusia, hubo informes del frente del Cáucaso, de que un piloto de la Aviación Imperial había encontrado un gran barco en un lago medio helado en el monte Ararat, y que, como resultado, se había ordenado una investigación imperial. Se dijo que el Zar estaba especialmente interesado en el proyecto por motivos religiosos y que se tomaron medidas completas, se trazaron planos y se sacaron muchas fotografías del objeto, todo lo cual fue remitido al zar, aunque los resultados de la investigación quedaron ocultos, perdidos o destruidos durante la revolución rusa, que ocurrió poco después, seguramente por el celo de los bolcheviques en destruir toda prueba que pudiera afirmar la religión o la creencia en la Biblia.

    Se cuenta que el zar envió dos compañías de soldados a que escalaran el Ararat. Un grupo de cincuenta hombres por un lado y otro grupo de cien por el otro. Después de dos semanas de trabajos intensos para abrir un sendero a través de las escarpadas rocas de los faldeos de la montaña y de casi un mes de excursión, se logró dar con el Arca.

    A este informe no le faltan apoyos, aun considerando la confusión de la revolución rusa y la guerra civil que le siguió. Otros jefes del Ejército Imperial han confirmado el descubrimiento de un barco en los montes Ararat, en un declive en la curva entre los dos picos, así como las actividades de la expedición investigadora del zar. Además en 1917, un destacamento de quinientos soldados rusos, durante una marcha en torno a las laderas del monte, pasó al pie de una enorme barcaza la cual estaba incrustada en un glaciar.

    Durante la Segunda Guerra Mundial, el comandante soviético J. Maskelyn, actuando en el servicio de camuflaje, intentó verificar lo informado en 1916 por los pilotos del zar. Envió un vuelo de reconocimiento por el Ararat el cual informó haber divisado una gran nave medio hundida en un lago helado, tal cual se había informado un cuarto de siglo atrás. Se habrían enviado investigadores especializados al lugar que determinaron que el objeto estaba hecho de madera, ahora fósil, y que tenía más de 120 metros de largo, semejante a  la longitud bíblica del Arca. 

    “Puede ser muy bien que los restos del gran barco estén yaciendo en la ladera del Ararat encarada con Rusia o la Armenia soviética, y eso explicaría el gran número de fotografías que se dice que los pilotos rusos tomaron antes durante y después de la  segunda guerra mundial. Muchas de esas fotografías las vieron aviadores norteamericanos durante el periodo de fraternización de la segunda guerra mundial, y mostraban la presunta Arca en diversos estados de emergencia en el hielo, según el estado meteorológico o la estación en que tomaron las fotografías.” (Charles Berlitz, “El Imposible Artefacto del Diluvio Universal”, Doomsday 1999 A.D. Editorial Planeta, 1981).

    La solución del misterio, como bien acota Berlitz en su investigación, quizá acabaría por venir del propio gobierno turco, dado que las observaciones aéreas atraían cada vez más la atención. Un satélite de investigación de recursos de la Tierra, por ejemplo,  lanzado en 1974 mostró, en una fotografía tomada a 720 kilómetros por encima del Ararat, un objeto no identificado en la ladera de la montaña, que, según el entonces presidente del Comité Espacial del Senado norteamericano, senador Frank Moss, tenía “aproximadamente el tamaño y forma propios del Arca” (ibid).

    Este argumento tenía fuerza, considerando que en octubre de 1959 el piloto turco Ilhan Durupinar había tomado fotografías aéreas de un objeto con la forma de un barco en el Pequeño Ararat para el Instituto Geodetic de Turquía.

    El Dr. Brandenburger de la Universidad Estatal de Ohio, E.E.U.U., reconocido experto en fotogrametría de las fuerzas armadas norteamericanas y quien descubriera las bases de misiles rusos en Cuba durante el gobierno de Kennedy, después de estudiar las fotografías del piloto turco concluyó: “No cabe duda que se trata de un barco sobre la montaña”. Esta frase fue la que despertó el misterio en varios científicos y fue entonces cuando se iniciaron las investigaciones oficiales para saber qué tipo de barco se había posado sobre el Pequeño Ararat.

    En conocimiento de estas fotografías, un equipo norteamericano realizó una expedición de un día y medio al sitio, apenas bastante tiempo para realizar una prueba científica. Utilizando dinamita hicieron un agujero a un lado de la estructura, obteniendo algunas muestras de madera petrificada.

    Si este objeto era El Arca de Noé tendría más de 4.400 años de antigüedad, así que la madera tendría que estar petrificada, por lo que las muestras obtenidas podrían haber constituido suficiente evidencia. Sin embargo, debido a que el material no tenía ningún anillo de crecimiento, el equipo decidió que no podría ser de madera e informó: “Nada de interés arqueológico”.

    Pero la inexistencia de anillos ¿es prueba de que no se trataba de madera petrificada? Sabemos que los anillos de crecimiento se producen por los cambios de humedad de las estaciones: en verano café claro y en invierno café oscuro. Por lo tanto, para ser coherentes con el relato en el cual nos basamos como fuente de este tema, y a objeto de sacar una conclusión fundamentada en contexto, hay que tener en cuenta las condiciones del clima del planeta antes del Diluvio. La Biblia dice, "....porque Jehová Dios todavía no había hecho llover sobre la tierra, sino que subía de la tierra un vapor que regaba toda la faz de la tierra." (Génesis 2:5,6). Entonces antes del Diluvio había un ambiente sin lluvia, y por lo tanto los árboles no tendrían anillos de crecimiento.

    ¡Esto es exactamente lo que encontró el equipo norteamericano! De hecho, si el material hubiera evidenciado anillos de crecimiento, no podría provenir del Arca de Noé.

    LA EXPEDICIÓN WYATT

    Después de ver un artículo publicado en la revista LIFE que hablaba sobre la expedición norteamericana, el arqueólogo aficionado Ron Wyatt (1933-1999) visitó el sitio en el año 1977, pudiendo constatar dos hechos claves: 1) al estar localizados a 6.300 pies sobre el nivel del mar los restos petrificados del Ararat Menor estaban demasiado alto para ser los de un barco debido a una inundación local, y 2) el mar más cercano se encontraba a más de 200 millas del lugar.

    NOTA: El lugar del hallazgo se denomina sitio arquelógico Durupinar (en honor al piloto turco que lo descubrió con su fotografía aérea), y es una gran estructura ubicada en el Monte Tenrurek o Pequeño Ararat al Este de Turquía, tres kilómetros al norte de la frontera iraní y a 16 kilómetros al Sureste de Dogubeyazit, en la provincia Agn, y a 29 kilómetros al sur de la cumbre del Ararat Mayor, a una altura entre 1.966 y 2.004 metros sobre el nivel del mar. (Fuente: Wikipedia).

    Explorando la estructura Wyatt constató que, en primera instancia, las dimensiones concordaban con la descripción bíblica del Arca de Noé descrita en Génesis 6:15, midiendo 300 codos de largo. Si bien la anchura de los restos era mayor que la mencionada en la Biblia, Ron supuso que ello se debía a que los lados del barco se habían colapsado producto de su gran  antigüedad.

    Todo ello llamó poderosamente su atención, por lo que decidió que la estructura merecía una investigación minuciosa que permitiera corroborar si se trataba o no del Arca de Noé.

    A continuación, exponemos un resumen de los resultados de su revolucionario trabajo, que a juicio de muchos y entre los cuales me incluyo, constituyen la prueba definitiva y contundente del hallazgo arqueológico del Arca de Noé.

    El trabajo de investigación lo dividió en tres etapas diferenciadas: la primera tuvo por objetivo fotografiar y filmar en detalle el lugar del hallazgo. La segunda tuvo por objeto medir el Arca y cotejar las dimensiones halladas con el relato del Génesis. La tercera etapa se centró en la búsqueda y análisis de madera petrificada. Los sorprendentes hallazgos son los siguientes:

    • El fósil tiene la forma de un barco, con una punta proa y popa redondeada.
    • Tiene la longitud exacta que se señala en la descripción bíblica: 300 codos egipcios.
    • Yace en una montaña en el este de Turquía que coincide con el relato bíblico: "el arca... descansaba sobre las montañas de Ararat"  (Génesis 8:4).
    Ararat es el nombre del antiguo país Urartu que cubre esta región. Los montes que rodean el lugar no tienen nombres oficiales, sin embargo, los habitantes se refieren a la cumbre más cercana como Monte Judi (en turco: Cudi Dagi, Kurdish, Ciyaye Cudi), el mismo nombre que El Corán le da al monte donde reposó el Arca de Noé después del Diluvio (Sura 11:44). El nombre turco Cudi Dagi se traduce como "día del fin del mundo".

    Según ulteriores investigaciones de Ron Wyatt, la ubicación inicial del Arca habría sido mucho más arriba del monte. Esta se habría deslizado hasta su posición actual producto de una corriente de lava originada por una erupción de un volcán sobre lo que hoy es la frontera iraní al sur. Lo demostraron el análisis de restos fósiles encontrados más arriba que coincidían con una parte faltante del casco del Arca.

    La costilla en madera y las viguetas de la cubierta eran claramente visibles a lo largo de la longitud entera de la nave.

    Contiene madera petrificada sin anillos, como correspondería a la madera en las condiciones climáticas existentes antes del Diluvio, la cual fue probada por análisis de laboratorio.

    Ron probó el material en los laboratorios de Galbraith en Knoxville, Tennessee y demostró ser madera laminada petrificada. Pruebas de carbón mostraron que las muestras del sitio contuvieron un contenido mucho más alto de carbón que los alrededores. El espécimen del sitio demostró tener 4,95% de carbón, mientras que el espécimen de los alrededores, tuvo 1,88%. Así el espécimen del sitio habría sido antes materia viva.

    Al respecto, Willian Shea, MD PhD., Profesor de Arqueología e Historia de la Antigüedad, en su informe al gobierno turco de fecha 20 de febrero de 1987, declaró: "La formación fue golpeada por un terremoto en diciembre de 1978. Como resultado, se rompió a lo largo y se abrió parcialmente. Esta apertura permitió a Wyatt obtener muestras de suelo relativamente frescas del interior de él cuando regresó al lugar en septiembre de 1979. En una prueba en esta muestra, junto con otra muestra en el campo afuera de la formación, fue medido el contenido de carbono orgánico. El suelo de la formación probaba el 4,95% mientras que el suelo del campo alrededor de la formación probaba el 1,88%. Este grado de diferencia es consistente con la presencia previa de alguna materia orgánica (como la madera) en la formación." 

    Las maderas de costillas verticales encontradas en los costados comprenden la superestructura esquelética de un barco. Se observan patrones regulares de las vigas de apoyo horizontales y verticales, las que también se ven en la cubierta del arca.

    Utilizando un radar penetrante de tierra, demostró que el barco tuvo tres cubiertas. Las dos cubiertas superiores se había derrumbado dejando la cubierta inferior intacta, la cual contuvo 144 compartimientos. Los escaneos de radar muestran además un patrón regular de madera dentro de la formación del Arca, dejando al descubierto las quillas, sobrequillas, borda, mamparas, cámaras de animal, sistemas de rampa, puerta delantera derecha, dos grandes barriles en la parte frontal, y un área para el flujo de aire para los tres niveles. También revelaron cuatro protuberancias que se extendían de la popa que eran probablemente estabilizadores.

    El uso de cuatro diferentes tipos de detectores de metales permitió hallar en el sitio miles de remaches. Se encontró hierro a intervalos regulares los que compusieron un modelo de líneas horizontales y verticales "que entrecruzaban" el barco, demostrando que había hierro en los niveles de cada mampara. También se encontraron nódulos de hierro en cerca de 5.400 lugares, que muestran modelos lineales constantes con la hechura del casco. Contienen conexiones de aleación metálica de alta tecnología. Se pudo demostrar la presencia de sofisticadas aleaciones como hierro, titanio, aluminio, y manganeso, como lo demuestran por separado los análisis de laboratorio costeados por Ron Wyatt.

    NOTA: Es interesante comprobar que aunque la ciencia convencional enseña que la Edad de Hierro precede a la época del Diluvio, la Biblia en Génesis 4:22 dice, "Tubal-cain (era), artífice de toda obra de bronce y de hierro".

    Enormes piedras de anclaje se encuentran cerca del Arca y del pueblo de Kazan (actual Arzap), a 15 millas de distancia, las que colgaban del Arca para estabilizar su marcha. Sobre las anclas de piedra hay cruces cristianas talladas del período de las Cruzadas, lo que evidencia que la gente en esa época también reconocieron el significado cristiano de las anclas de piedra. Trece de estas anclas de piedra yacen en línea directa con el barco. Evidentemente, Noé las soltó mientras las aguas descendieron y momentos antes de que el Arca reposara.

    El Dr. Salih Bayraktutan de la Universidad Ataturk, declaró: "Es una estructura artificial”.

    El arqueólogo Dr. Ekrem Akurgal (declarado ateo) que participó en la expedición para confirmar el hallazgo, lo calificó como ”una verdadera pieza de ingeniería”. Además no se explicaba cómo pudo haber tecnología tan avanzada en esos tiempos.

    Complementariamente, se pudo comprobar que los nombres de los lugares circunvecinos están asociados interesantemente a la descripción bíblica: el valle se llama "El Valle de los Ocho", en referencia a los ocho sobrevivientes del Diluvio (Noé y su esposa, sus tres hijos y sus esposas).

    El Dr. Bill Shea, arqueólogo, encontró un fragmento de cerámica antigua a veinte metros del Arca, que tiene una talla que representa un ave, un pez y un hombre con un martillo luciendo un tocado que tiene el nombre 'Noah' en él. En la antigüedad estos elementos fueron elaborados por los lugareños de la aldea para venderlos a los visitantes del Arca, la que ya era una atracción turística en tiempos antiguos.

    El lugar del hallazgo ha sido reconocido por el gobierno turco como “Parque Nacional del Arca de Noé” y Tesoro Nacional. La notificación oficial de su descubrimiento apareció en el periódico de mayor tiraje de Turquía el año 1987. El Centro de Visitantes construido por el gobierno para dar cabida a los turistas confirma una vez más la importancia del sitio.

    ¿Se había descubierto, por fin, la prueba definitiva: El Arca de Noé? A nuestro juicio, sí. Las evidencias físicas en el lugar del hallazgo son contundentes, la investigación científicamente rigurosa y el análisis de las muestras plenamente comprobables, como lo demuestra el reconocimiento oficial del gobierno turco.

    A continuación se muestra un video que grafica, paso a paso, esta histórica investigación. Sugerimos lo revisen con atención, ya que estas imágenes hablan más que mil palabras.


    Para profundizar en los detalles exactos de la expedición y sus descubrimientos, así como la participación y el reconocimiento del gobierno turco, aconsejamos leerlos directamente del libro escrito por Ron Wyatt titulado "Descubierta: ¡El Arca de Noé".

    REFLEXIONES FINALES

    Bien, la fascinante aventura arqueológica ha terminado (¿o recién comienza?). He aquí por fin la evidencia: EL ARCA DE NOÉ, el eslabón físico que conecta dos Humanidades: la fantástica, desarrollada y violenta civilización mundial desaparecida dramáticamente con ocasión del Diluvio, y la actual, herencia directa de la anterior, que transitando por un camino similar deberá sacar conclusiones válidas y urgentes para no terminar como aquélla.

    Sin embargo, en años recientes han salido al tapete críticos del Arca de Noé con preguntas y argumentos intelectuales, aparentemente razonables, poniendo en duda la validez del relato bíblico del Diluvio. A menudo, expertos bíblicos conservadores se mantienen en silencio acerca de ellos, intimidados un poco por la postura “científica” de los argumentos en contra del Arca. Al mismo tiempo, los expertos bíblicos más liberales simplemente sucumben y aceptan discretamente el “mito” del Arca de Noé y del Diluvio. Obviamente que este descubrimiento, como pasó en su momento con el de Troya, siempre tendrá detractores oficiales por lo que, insisto, es importante el contexto dentro del cual lo hemos planteado en este blog, el que permite discernir con propiedad acerca de la fiabilidad de esta investigación. Exhorto por lo tanto a todos mis estimados lectores, a examinar en conciencia y con espíritu abierto la evidencia fundamentada que aquí aportamos acerca del Arca de Noé y su importante significado... ya que si ella es real, también lo fue la Catástrofe que la justificó. 

    Esperamos que la evidencia aportada en este artículo, además de fortalecer la fe del mundo cristiano, lleve a replantear completamente la versión oficial sobre los inicios de la Humanidad, y contribuya de paso a poner seriamente en tela de juicio la gastada teoría “científica” que postula que los organismos han ido evolucionando desde lo más simple a lo más complejo, siendo que las evidencias fósiles, como las aquí aportadas, muestran precisamente lo contrario.

    Por último, esperamos que el trascendental descubrimiento que hemos expuesto, dentro del contexto de lo revelado por el libro “Fenómalos - La Quinta Esencia”, nos permita dar un vuelco positivo a la actual interpretación mitológica del libro del Génesis y de otros libros de la Biblia, demostrando la validez histórica de sus contenidos narrativos, cuyo trasfondo demuestra la innegable intervención directa de entidades extraterrestres en el devenir de la Humanidad, como hemos venido fundamentando a lo largo de las entradas de este blog.


    COROLARIO

    Los análisis de datación de la Expedición Wyatt entregan para estas ruinas arqueológicas una fecha de doce mil a trece mil años, que difiere de la que se puede extractar de la Biblia, cuatro mil quinientos años, pero que sin embargo coincide sorprendentemente con la entregada para el Diluvio (y el hundimiento de la Atlántida y de Mu) por las crónicas antiguas (los códices mayas, las tablilla Nacaal, los Diálogos de Platón, etc.) y por los investigadores independientes contemporáneos que han analizado la correlación del emplazamiento, hace 11.500 años atrás, de las pirámides de Egipto con la Constelación de Orión, así como también las huellas de desgaste por inundación de la Esfinge de Gizéh, etc.


    NOTAS COMPLEMENTARIAS:

    Animales limpios: Los comentaristas bíblicos están divididos por igual acerca de si el Hebreo significa “siete” o “siete parejas” de cada tipo de animal limpio. Woodmorappe toma el último sólo para conceder lo más posible a los escépticos. Pero la gran mayoría de los animales no son limpios, y estaban representados por sólo dos especímenes de cada uno. El término “animal limpio” no fue definido hasta la Ley de Moisés. Pero puesto que Moisés también fue el compilador del Génesis, si seguimos el principio (ya expuesto en una entrada anterior) que “La Escritura interpreta la Escritura”, las definiciones de la ley Mosaica pueden aplicarse a la situación de Noé. Hay en realidad pocos animales terrestres “limpios” listados en Levítico 11 y Deuteronomio 14.

    ¿Qué es un género?: El Creador dio vida a un número de diferentes tipos de animales arquetipos con amplia capacidad de variación dentro de ciertos límites. Los descendientes de cada uno de estos diferentes géneros, aparte de los humanos, estarían representados hoy por un grupo más grande que se denomina especie. En la mayoría de los casos, aquellas especies que descendieron de una clase particular original hoy serían agrupadas dentro de lo que los taxónomos modernos (biólogos que clasifican los seres vivos) llaman un género.
      Una definición común de especie es un grupo de organismos que pueden cruzarse y producir descendencia fértil, y que no se pueden cruzar con otras especies. Sin embargo, la mayoría de las así llamadas especies (obviamente incluidas todas las extintas) no han sido probadas para ver con qué se pueden aparear o no.
      De hecho, no solo hay cruces entre las así llamadas especies, sino que hay muchas instancias de apareamientos transgenéricos, así que el 'género' puede en algunos casos ser tan alto como la familia. La Escritura hablaba de los géneros de una manera que los Israelitas pudieran reconocerlos fácilmente, sin necesidad de realizar pruebas de aislamiento reproductivo.
      Por ejemplo, los caballos, las cebras y los burros descienden probablemente de un género equino (con la apariencia de un caballo), puesto que pueden cruzarse, aunque la descendencia es estéril. Los perros, los lobos, los coyotes y los chacales son probablemente de un género canino (con la apariencia de un perro). Todos los diferentes tipos de ganado doméstico (que son animales limpios) descienden de los aurochs (ancestros de los bovinos actuales, ya extinguidos), así que probablemente había como mucho siete (o catorce) ejemplares de ganado doméstico a bordo del Arca. Los aurochs mismos debieron descender de una clase de ganado que incluye a los bisontes y a los búfalos de agua. Sabemos que los tigres y los leones pueden producir híbridos llamados tigones y ligres, así que es probable que ellos descendieran del mismo género original.
      Esto haría que la cantidad de animales que Noé debió haber introducido en el Arca debiera haber sido mucho más reducida que lo que muchos asumen. Pruebas de laboratorios demuestran que si sólo 2 perros sobrevivieran y comenzaran a mezclarse otra vez, en solamente 240 años existirían decenas de tipos de perros otra vez, incluyendo muchos de los que hoy conocemos.

    BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
    • Berlitz, Charles. En Busca del Arca Perdida de Noé. Plaza &Janes. 1° Edición, 1988.
    • Claudio Soler y Mónica Quirón, El Arca de Noé y el Diluvio Universal.
    • Whitcomb, John C., Morris, Henry M. 1998. The Genesis Flood, the Biblical Record and its Scientific Implications. Presbyterian and reformed Publishing Co. Phillipsburg, NJ.
    • Woodmorappe, John. 1996. Noah's Ark a Feasibility Study. Institute for Creation Research. Santee, CA
    • Wyatt, Ron. 1989.Edición en línea (.pdf): Discovered: Noah's Ark!

    SITIOS WEB RECOMENDADOS

    VIDEOS COMPLEMENTARIOS:


    VIDEO 1: Completo documental acerca de la Expedición Wyatt al Sitio Arqueológico Durupinar ubicado en los montes de Ararat, Turquía, donde se emplazan los restos el Arca de Noé.


    VIDEO 2: Noah's Ark Conspiracy. Del programa UFO TV, presenta evidencia de que los exploradores han encontrado el emplazamiento actual de un barco que puede ser el Arca de Noé tal como se describe en el libro del Génesis de la Biblia. Incluye fotografías, videos, evidencia y entrevistas con los investigadores y las autoridades que más saben del Arca de Noé hoy en el mundo. 



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    OBSERVACIÓN: Esta serie de artículos están basados o forman parte del libro escrito recientemente por el autor, denominado “Fenómalos – La Quinta Esencia”, publicado por Editorial Trafford (ISBN 1-4251-1232-3, por Trafford Publishing, Canada). Las imágenes y videos han sido tomadas directamente de la web, y sólo para efectos de ilustración del texto. De haber alguna de ellos con derechos de autor agradeceré comunicármelo para retirarlas de esta entrada.
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