jueves, 5 de noviembre de 2009

EL MUNDO PERDIDO - Parte I


"El prejuicio es una carga que confunde el pasado, amenaza el futuro y hace inaccesible el presente".
(Maya Angelou)


Numerosas investigaciones actuales han estado sacando a la luz pública descubrimientos sorprendentes en los planos geológico, arqueológico, histórico y biológico, que dan pie a pensar que la Historia Escolástica sobre los orígenes de la Humanidad y del surgimiento y desarrollo de las antiguas civilizaciones -que se enseña en los círculos académicos a todo nivel y que todos hemos aprendido sin cuestionar- dista mucho de ser la verdadera Historia,... y que ya es el momento de comenzar a replantearla profundamente, desde sus cimientos, si queremos entender realmente el presente y el marco existencial en el que nos movemos.

Dado el enfoque holístico del libro "Fenómalos la Quinta Esencia”, y de este blog que intenta difundir su contenido, considero oportuno revelar a partir de ahora y en las entradas que seguirán a ésta, los misterios que nos han estado ocultando respecto de la Historia para que, teniendo a la vista el contexto real en que se desenvuelve el devenir humano, podamos entender los sucesos actuales en toda su dimensión.

En artículos anteriores he puesto en el tapete contundentes evidencias que respaldan que es perfectamente posible que la raza humana no haya sido -como nos han enseñado con mucho celo- el producto de un proceso evolutivo de casualidades estadísticas o, como lo postulara Teilhard de Chardin, de un derrotero guiado por el Creador hacia "el punto Omega", es decir, hacia la conformación de la plena autoconciencia partiendo del caldo de cultivo de los mares arcaicos hasta llegar a la zoonósfera (o capa de inteligencia que cubre al planeta),... sino de la creación directa de inteligencias ajenas a la Tierra, con el propósito de conformar un "universo acotado" como medio de prueba para juntar evidencia en contra de la Anomalía que ha infectado el Sistema Universal.

Ahora bien, para comenzar insertaré la presente exposición dentro de la línea del tiempo expuesta en las entradas anteriores. 

Para ello retomaré el hilo a partir del momento de la supuesta creación de la raza humana y, fiel a la línea investigativa planteada en las primeras entradas y en el libro "Fenómalos la Quinta Esencia", utilizando la Biblia como base principal de argumentación y análisis, expondré en primer lugar la historia (no oficialmente contada) de lo que pudo haber ocurrido en el periodo prehistórico llamado antediluviano.

Con ello, aprovecharé de aclarar muchas cosas que hasta la fecha han permanecido en una profunda nebulosa por falta de una visión de conjunto (holística), que por lo mismo ha confundido incluso a la cristiandad respecto del pasado histórico del drama humano.

Como se trata de una revelación progresiva que se va dando dentro de un contexto creciente, aconsejo al lector haber revisado previamente las entradas anteriores, que le darán una base para entender a cabalidad los argumentos que siguen.

Los primeros seres humanos

Es interesante destacar cómo la Biblia menciona que, tras la caída en rebelión de Adán y Eva, éstos, los primeros seres humanos, comienzan a procrear una numerosa descendencia, aunque solo nombra explícitamente (seguramente por las connotaciones que éstos tuvieron en el Plan de Contingencia de los Elohim, razón de ser de este milenario libro) a sus primeros hijos Caín, Abel y Set y posteriormente -con la lógica excepción de Abel, asesinado por Caín- al linaje de éstos.

¿Cómo fue posible que de una pareja de seres humanos se poblara el mundo? Si nos basamos en la actual condición fisiológica de la humanidad en cuanto a longevidad, salud promedio y poder de fecundación, ello obviamente no es posible,... pero si tomamos debidamente en cuenta la condición original de inmortalidad de Adán y Eva, más algunas consideraciones culturales y genéticas, entonces deberíamos dar una segunda mirada a este supuesto.

Podríamos llegar a la sorprendente conclusión de que, a pesar de haber perdido el privilegio de la inmortalidad, es posible que la primera pareja y sus descendientes inmediatos aún conservasen una extraordinaria vitalidad, y por ende longevidad, poderío mental y físico, sobresalientes. Según la Biblia podían vivir entre los ochocientos y los mil años, y por la capacidad de procreación mencionada, es posible que mantuvieran su lozanía y juventud hasta pasados los setecientos años.

Entonces sería obvio que entre tal periodo la cantidad de descendientes, sólo de la primera pareja, podría fácilmente haber superado los cien individuos, todos igualmente longevos y potenciados física y mentalmente: "Fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas"(Génesis 5:4. La negrita en cursiva es mía).

Estos, una vez crecidos y alcanzada la adolescencia, y tal como lo hacían los linajes de los antiguos reyes de nuestra Historia oficial, se habrían unido al principio entre hermanos y dichas parejas habrían tenido a su vez otra numerosa descendencia en los cientos de años que vivieron, la que se repartía por comarcas cada vez más apartadas.

Cabe señalar aquí un factor crucial en el tema reproductivo de aquella época, factor que en la sociedad actual no podría darse (y cuando se da suele ser muy criticado): dada la extraordinaria longevidad y lozanía de nuestros antepasados prehistóricos antediluvianos las uniones entre mujeres y hombres podían ocurrir, perfecta y legítimamente, dentro de un rango muy amplio de edades considerando que su periodo fértil pudiera haber durado entre los 15 y los 700 años. Podemos imaginar entonces mujeres de 15 años casadas con hombres de 700 años o viceversa, pasando por toda una gama intermedia de edades cruzadas, puesto que en lo físico eran todos literalmente jóvenes (en nuestros tiempos, más allá de los 70 años… sólo podemos aspirar a ser "jóvenes de espíritu").

Por ese factor y tras unas cuantas generaciones de una o muchas parejas, los cruzamientos tendrían que haber sido cada vez más distanciados genéticamente debido a los parentescos familiares más lejanos y a la manifestación de diferentes características de adaptación al medio, latentes en el código genético de la pareja primordial.

Súmesele a lo anterior las condiciones climáticas estables y benéficas que habría tenido el planeta antes del Diluvio, cuando probablemente nuestro globo miraba directamente al Sol por su Ecuador o bien, como lo afirma la Biblia, la atmósfera estaba saturada de humedad formando una nube que lo cubría por completo provocando una especie de “efecto invernadero”:

“Luego dijo Dios: ‘Haya un firmamento que separe las aguas de las aguas’. E hizo Dios un firmamento que separó las aguas que estaban debajo del firmamento, de las aguas que estaban sobre el firmamento” (Génesis 1:6-7).

Tal vez una de estas condiciones, o ambas en conjunto, producto del reordenamiento geológico al que fue sometida la Tierra por las fuerzas extraterrestres leales después de la catástrofe global provocada por el tren de asteroides provenientes de la explosión de Faetón, hacían su clima ideal. Por ende no habían entonces estaciones tan marcadas en las zonas habitables como hoy, sino que "... subía de la tierra un vapor que regaba toda la faz de la tierra" (Génesis 2:6), lo que contribuía fuertemente a la extremada longevidad y gran estatura de la raza humana primigenia.

Actualmente el eje terrestre se encuentra inclinado en 23°27’37’’ (por razones que explicaré en una entrada posterior) por lo que la Tierra mira directamente al Ecuador sólo el 21 de marzo y el 22 de septiembre, presentando en todos los demás días del año diferentes puntos de su superficie a la exposición directa de los rayos del Sol, lo que ocasiona las estaciones actuales con sus marcadas diferencias de temperatura y de radiación que, por supuesto, afectan en una medida no despreciable la salud y la longevidad de los seres humanos, sin perjuicio de los estragos que iban provocando en estos aspectos la conducta cada vez más degradada de la raza caída a medida que transcurrían las generaciones.

Así, en el transcurso de unas pocas centurias, el crecimiento demográfico en aquel entonces fue exponencial y la tierra se pobló de una gran cantidad de seres humanos de gran capacidad física y mental, que fundaron tribus, pueblos, ciudades y naciones. Esta línea argumental justificaría por ejemplo el por qué el bíblico Caín, también de extraordinaria longevidad y a quién se le castigó en vida a vagar por la tierra de Nod (la palabra nad significa en hebreo vagabundo, por lo que seguramente se trata de un nombre simbólico que alude a la vida errante de Caín) posteriormente se casó, tuvo una numerosa descendencia, y fundó una ciudad llamada Enoc como su primer hijo (ver Génesis 4:16 y 17).

Los hijos de Dios

La Biblia dice explícitamente que Adán a los ciento treinta años engendró a Set, de quien Dios mantuvo un linaje leal a través del cual "...los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová." (Génesis 4:26). Esta casta mantuvo vivas a lo largo de las generaciones siguientes las leyes morales y de salud -así como los ritos que prefiguraban al futuro Mesías que rescataría a la caída Humanidad- que les fueron enseñadas por el Creador a sus primeros padres y que, mucho después del Diluvio, heredaría el pueblo de Israel como pueblo escogido para asumir el rol que finalmente perdió el linaje de Set. Se puede comprobar que de él descienden los patriarcas bíblicos Noé, Job y posteriormente Abraham. [1]

Tal era la fuerza moral, espiritual, intelectual y física de los descendientes de Set, producto de los principios que practicaban (que al igual que a los cristianos de hoy, la Biblia denomina "los hijos de Dios"), que eran todavía de elevada estatura y gran longevidad como sus antepasados, a diferencia del resto de la humanidad que por sus costumbres cada vez más degradadas las fueron perdiendo: "Había gigantes [2] en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres y les engendraron hijos. Estos fueron los hombres valientes que desde la antigüedad alcanzaron renombre.” (Génesis 6:4).

En la Nota 1 de una entrada anterior, titulada Anunnaki – Identificando Anomalía – Parte I, exponemos las dos interpretaciones complementarias de este controvertido versículo del Génesis, que por una parte dejan en evidencia la presencia de las fuerzas oscuras actuando desde entonces sobre la Humanidad, y por otra explica quienes eran estos gigantes antediluvianos cuyos restos evidencian una capacidad craneana superior a la del hombre actual, a los cuales la ciencia oficial ha identificado como los Cro-Magnon, (Pazenkievic).

Con toda seguridad, el linaje de Set hizo las veces de guía espiritual de los seres humanos del mundo antediluviano, conformando una casta sacerdotal cuya misión fue preparar la manifestación del Mesías y tratar de mantener viva la luz que inevitablemente tendía a apagarse en el transcurso de sucesivas generaciones que, debido a su condición caída, se degradaban paulatinamente en lo moral y en lo físico.

Es posible respaldar la veracidad de tal afirmación al revisar la descendencia de Set, la que llega en línea directa hasta Jesucristo pasando por Noé, Abraham, Jacob, y David, entre otros importantes personajes de la historia bíblica. [3]

Las grandes civilizaciones de la remota antigüedad

Seguramente, por la posición original del eje de la Tierra y la condición benéfica del clima, los primeros asentamientos humanos se habrían levantado en la zona más templada que las leyendas y crónicas de la antigüedad denominan Hiperbórea (mítica región ubicada entre las latitudes dentro de las que se encuentran actualmente Groenlandia, Islandia, las Islas Británicas y la Península Escandinava, y que con toda seguridad irradió hacia Europa, Siberia, hacia el centro del Asia incluyendo Cachemira, El Tíbet, Mongolia, norte de China, etc., y también hacia otras regiones geográficas, de carácter mítico, actualmente sumergidas); es decir, cercana al Círculo Polar Ártico, proyectado con la inclinación que tenía la Tierra entonces.

En esta región se habría consolidado una primera civilización de elevadas características espirituales y místicas, la que por motivos demográficos fue derivando con el tiempo -cada vez con mayores conocimientos intelectuales y tecnológicos aunque también con una incipiente degradación en lo espiritual- hacia latitudes más cercanas al Trópico de Cáncer de entonces.

En aquella lejana época los contactos con las entidades extraterrestres, tanto leales como rebeldes, habrían sido mucho más frecuentes y abiertos que en la actualidad por lo que sus influencias se habrían dejado sentir fuertemente. Producto de ello, del Asia Central comenzó a surgir una ideología sutilmente contrapuesta a la del linaje de Set, de alto nivel esotérico, la que practicaban y difundían "iniciados" de aquella región conocidos como chamanes.

Todo ello, unido al tremendo potencial intelectual de las razas guiadas por el linaje de los depositarios de la sabiduría superior, habría contribuido a levantar en pocos milenios una civilización de alcance mundial con enormes adelantos científicos y tecnológicos, que incluyeron al parecer el dominio de desconocidas fuentes energéticas, una avanzada aeronáutica con todo lo que ello conlleva en sistemas de propulsión y telecomunicaciones, profundos conocimientos en biología, medicina, ingeniería, arquitectura y geografía, así como poderosos sistemas de armamentos cuyos devastadores efectos recién están revelando ruinas arqueológicas en diversas partes del mundo, que muestran antiquísimas ciudades arrasadas por el calor repentino y la fuerza expansiva, cuyos suelos se encuentran extrañamente radiactivos y vitrificados.

En la próxima entrada hablaremos de estas civilizaciones, su ubicación geográfica y su extensa influencia a escala planetaria, sus grandes adelantos tecnológicos, los sorprendentes argumentos y pruebas que respaldan su existencia, así como también el cómo y porqué de su súbita desaparición,... y sus consecuencias.

Por




NOTAS:

[1] LA LEY MORAL Y RITUAL: Su existencia y vigencia aún antes del surgimiento del pueblo de Israel.

Es importante destacar cómo cientos de años antes de que se formara la nación judía, el linaje de Set sabía ya del sistema ritual de los sacrificios a Dios de animales sin defecto que prefiguraban el sacrificio del Mesías, como lo ejemplifican el que realizó Noé después del Diluvio (Génesis 8:18-20) y Abrahám luego de la experiencia traumática que le significó el casi tener que sacrificar a su hijo Isaac a Dios (Génesis 22:1-14) para que a través de él pudieran las generaciones siguientes comprender el gran sacrificio que haría el Creador con el propio: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquél que en él crea no se pierda, sino que tenga vida eterna." (Juan 3:16).

También conocían la ley moral, los Diez Mandamientos, como lo demuestran las experiencias de Abrahám en Egipto y en Gerar cuando hizo pasar a Sara su esposa como hermana para evitar que lo mataran para arrebatársela debido a su hermosura. Tanto el Faraón como posteriormente Abimelec rey de Gerar -quienes la habían tomado para sí sin saber que era su mujer-, al enterarse de ello se la devolvieron de inmediato. En palabras de Abimelec a Abrahám (aludiendo al adulterio que pudo haber cometido): "¿En qué pequé yo contra ti, que has atraído sobre mí y sobre mi reino tan gran pecado?" (Génesis 20:9). Ver el caso del faraón en Génesis 12:10-20. Comparar estos ejemplos con Génesis 26:6-11, en que se relata una experiencia similar ocurrida entre Isaac, hijo de Abrahán, y el mismo Abimelec rey de Gerar, debido a Rebeca su mujer.

[2] "HABÍA GIGANTES en la Tierra en aquellos días…"

En la Biblia se hace profusa referencia a eventos donde se involucra la presencia de gigantes:
  • En primer lugar tenemos la mención al linaje de Set cuando parte de él se une con las hijas de los hombres degradados. Los descendientes de Set, “hijos de Dios” por su condición de consagración, y por ende respecto a las leyes morales y de salud, fueron verdaderos "gigantes" en todo sentido, incluyendo su estatura que los distinguía claramente de los "hijos de los hombres", los descendientes de Caín y de los demás hijos de Adán y Eva.
  • En el libro de Números, los exploradores enviados por Moisés para hacer un reconocimiento de la tierra de Canán llegan a Hebrón y descubren que "los descendientes de Anak" viven en la región, informando a su líder que la zona explorada que les fue asignada estaba ocupada por gigantes.
  • En el Deuteronomio abundan crónicas referentes a gigantes: Se hace mención de grandes ciudades con enormes terraplenes y bastiones construidos por los Anakim.
  • En el mismo libro del Deuteronomio se menciona la cama de hierro del gigante Og, rey de Basán, la que medía aproximadamente 4,26 metros de largo por 1,82 metros de ancho (Deuteronomio 3:11). Se estima que el Rey Og medía por lo menos 3.96 mts. de alto.
  • Finalmente tenemos al famoso gigante filisteo Goliat -cuya estatura debió haber sido entre 2 y 3 metros- derrotado por el pastor David, futuro Rey de Israel. 

Además de la Biblia, de los gigantes se hace referencia en multitud de crónicas y leyendas griegas, nórdicas, germánicas, hindúes, indoeuropeas, mayas, aztecas, toltecas e incas. Si el lector busca en Internet encontrará mucho material al respecto, aunque deberá ser cuidadoso con las crónicas más sensacionalistas pues hay muchas falsificaciones de por medio.

Sin perjuicio de lo anterior, existen evidencias contundentes descubiertas por arqueólogos de todo el mundo sobre la existencia de seres humanos de gran tamaño que habitaron el planeta en el pasado, que sin embargo todavía se las oculta celosamente y se las desmiente cuando hay preguntas sobre ellas. Seguramente razonan -aunque a nuestro juicio equivocadamente- que el reconocer su existencia pudiera acarrear dramáticas consecuencias en la sociedad actual, haciendo tambalear las bases de sus cimientos construidos en base a la Ciencia y a las Religiones oficiales ... de las que ya sospechamos no nos cuentan toda la verdad.

[3] EL LINAJE DE SET: Línea directa hasta el Mesías.

La Biblia es clara respecto de la descendencia de Set hasta Jesucristo. En efecto, si se sigue literalmente la cronología de los descendientes de Adá0  1 n a través de su tercer hijo Set, hasta Noé antes del Diluvio (Génesis, cap.5), después la descendencia de Noé a través de su hijo Sem hasta Abraham (Génesis11:10-23), luego la huella del linaje de Abraham (Génesis, cap.12) y de ahí en adelante a través del Antiguo y el Nuevo Testamento, la cronología de la descendencia de éste llega hasta Jesucristo. Así lo demuestra Lucas en el tercer capítulo de su Evangelio (Lucas 3:23-38) que menciona la genealogía en forma retrospectiva desde Jesús hasta Adán, y lo recalca Mateo al principio de su Evangelio (Mateo 1:1-17) quién retoma la genealogía de Jesús a partir de Abraham.


BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 
  • Charpentier, Louis. Los Gigantes y su Origen, Colección Enigmas del Universo. Editorial Bruguera S.A. Segunda edición, noviembre 1972. Argentina.
  • Hancock, Graham. Las Huellas de los Dioses. Biblioteca de Bolsillo, primera edición 1999. Ediciones B,S.A., Barcelona (España).
  • Pasenkiewicz, Jadwiga. Los Soberanos de los Mundos Perdidos. Las Civilizaciones Aeronáuticas del Pasado. Editorial KIER. Edición de abril de 1992 de Impresiones Avellaneda S.A., Buenos Aires, Argentina.


VIDEO RECOMENDADO:

Gigantes: A continuación se muestra para consideración del lector un video en YouTube con evidencias sorprendentes, en el que se observan restos óseos humanos de impresionante talla (algunos de más de cuatro metros de estatura):
  

   
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